Cinco sabores para enamorarte de Galicia (y alargar la sobremesa con licor gallego)
Viajar por Galicia es una experiencia que conquista todos los sentidos:
- La vista, con su paisaje verde y su patrimonio histórico.
- El oído, con las gaitas y las verbenas.
- El tacto, en la arena fina de las rías.
- Pero, sobre todo, el olfato y el gusto. Porque si hay algo que define esta tierra es su gastronomía: rica, diversa, con historia y profundamente arraigada en lo local.
Aquí te dejamos cinco propuestas imprescindibles que no puedes perderte si visitas Galicia… o si quieres revivirla desde la mesa.
Pulpo á feira: el clásico que nunca falla
El pulpo gallego es un emblema de nuestra cocina. Cocido con mimo, cortado a tijera y aderezado con aceite de oliva, sal gruesa y pimentón, el "pulpo á feira" es un plato que se sirve solo o con cachelos (patata cocida), y que triunfa en toda celebración.
Curiosamente, su capital oficiosa no está en la costa, sino en el interior: O Carballiño, en Ourense, donde cada agosto se celebra la Festa do Pulpo, declarada de Interés Turístico Internacional. La tradición nace del cercano Monasterio de Oseira, que controlaba tierras costeras como Marín y cobraba tributos en especie... ¡como el pulpo!
Hoy, comer pulpo en O Carballiño es un acto cultural y gastronómico.
Marisco gallego: un regalo del mar y del afloramiento
Al hablar del marisco gallego hay que tener claro, antes de nada, un concepto de oceanografía: los afloramientos, el motivo por el que la calidad del marisco gallego es superior al de otras zonas. Se trata de un fenómeno que se produce principalmente en los meses estivales en las rías gallegas, cuya morfología y orientación suroeste favorecen que los vientos térmicos de componente norte generen una intensa renovación del agua de superficie por otra más profunda cargada de nutrientes. Combinado con el gran número de rías, numerosas ensenadas de escasa profundidad y un escaso aporte de agua continental, hace que se genere un hábitat idóneo para el desarrollo de diversas especies marinas.
Y entre estas especies marinas se encuentran crustáceos como nécoras y centollas, las reinas del marisco en Galicia, con su sabor intenso y su apariencia casi extraterrestre. Se preparan cocidas, con laurel y sal y se suelen comer en frío y con mucha calma. Fieles compañeras de los vinos blancos gallegos, prefieren los albariños de denominación de origen Rías Baixas que se dan en las zonas vinícolas costeras del Salnés y O Rosal, aunque también se llevan bien con otros vinos del Ribeiro o de la Ribeira Sacra. La gama Novilunio es una magnífica opción para una buena mariscada.
Cocido gallego: tradición, invierno y sobremesa larga
El cocido gallego es uno de los platos más versátiles de nuestra cocina. Cada casa lo hace a su manera, pero siempre lleva:
- Verduras de temporada: berza, grelos, repollo
- Legumbres: garbanzos o habas
- Carnes: chorizo, lacón, costilla, oreja, cachucha, pollo o ternera
Un plato que se cocina despacio y se come con calma. Ideal para acompañar con un tinto mencía de la Ribeira Sacra y prolongar la sobremesa con… (sigue leyendo).
Filloas o freixós (depende de dónde los comas): postres con nombre propio
Filloas en el sur, freixós en el norte. No en todos los sitios se llaman igual: si los tomas en el norte de Galicia, freixós; para el resto, filloas. Al igual que la tortilla, hay un tipo de filloa por cada persona que la prepara, pese a que la receta es sencilla: una torta fina a base de huevo, leche, harina y azúcar, y un toque de anís según gustos.
Sencilla sobre el papel, porque la elaboración exige destreza. Una vez lista la preparación, la sartén caliente se lubrica con unto y se va echando la mezcla con ayuda de un puchero, una aplicación para cada filloa, con la temperatura y el tiempo justos para que no se queme, una y otra vez hasta tener la cantidad deseada. Un trabajo arduo que merece la pena.
Las filloas se toman principalmente como postre y son una exquisita forma de disfrutar la sobremesa. Se pueden acompañar de diversas maneras: con nata, con chocolate, con crema, con mousse de castañas, miel, mermelada y un sinfín de posibilidades.
En Galicia es habitual tomarlas en Carnaval, después de un buen cocido. Acompañan muy bien con licores tradicionales gallegos como orujo de aguardiente, licor café, licor de hierbas o licor tostado.
Licores tradicionales gallegos: el alma de la sobremesa
Nadie puede afirmar científicamente que son digestivos, pero cualquier excusa es buena para disfrutar en la sobremesa de un surtido de licores tradicionales gallegos después de un buen homenaje. Los licores y las cremas de Galicia son muy conocidas y tienen una larga tradición de elaboración artesanal. Durante muchas generaciones los producían los particulares en sus casas y lo vendían en los pueblos. Algunos lo siguen haciendo para consumo familiar, pero la producción destinada a la venta está totalmente regulada.
Este saber hacer se ha transmitido durante generaciones y ha llegado hasta las destilerías que producen y comercializan los licores. En Galicia hay muy buenas marcas que elaboran destilados de muy buena calidad. Cada vez está más extendido el consumo de estos licores “etiquetados”, lo que antes se rechazaba en muchos sitios por su connotación de producto industrial.
Entre las variedades típicas de Galicia destaca el licor café, que a las propiedades del orujo suma las de la cafeína, un brebaje muy apropiado para mantenerse despierto después de una comida copiosa. También el licor de hierbas, con sus característico color verde, el licor tostado, con su gusto caramelizado, el tradicional orujo de aguardiente, y la muy golosa crema de licor. La gama Paniagua tiene diferentes variedades de cremas y licores, todas elaboraciones basadas en recetas tradicionales gallegas.
Galicia sabe a mucho más
Cada comarca tiene sus matices, sus nombres propios y sus sabores únicos. Pero hay algo que une toda la gastronomía gallega: la autenticidad. Aquí no hay artificio: hay producto, hay tradición y hay cariño.
Si vienes a Galicia, ven con hambre y curiosidad. Y si ya estás en casa, revívela desde la mesa… y la copa.